En Estudio ESE llevamos años explorando cómo mejorar los procesos de diseño, modelado y gestión de proyectos. Pero en el último tiempo, algo cambió.
La irrupción de la inteligencia artificial no fue sólo una tendencia más. Fue una herramienta concreta para transformar nuestra manera de trabajar.
No estamos hablando de reemplazar al arquitecto, sino de potenciarlo.
La IA nos permite ir más allá de lo que antes era posible: procesar documentos técnicos en segundos, generar visualizaciones en tiempo real, automatizar tareas que antes consumían horas y, sobre todo, tomar decisiones con mejor información.
Estas son algunas de las herramientas que integramos en nuestro día a día:
- Perplexity: nos ayuda a sintetizar normativas, detectar tendencias y validar ideas en tiempo récord.
- NotebookLM: fundamental para analizar pliegos de licitación o documentos extensos sin perdernos en los detalles.
- Claude y ChatGPT: los usamos para estructurar prompts que luego sirven como input para análisis BIM o herramientas de validación de modelos.
- Midjourney, DALL·E y LumaAI: nos permiten generar ideas visuales, estilos y conceptos para enriquecer la etapa conceptual del diseño.
- Make: lo usamos como cerebro de flujos automatizados. Por ejemplo, generamos reportes BIM semanales que se actualizan solos, con análisis de GPT, visualización en Notion y distribución vía Discord. Sin intervención humana.
Todo esto nos ha permitido no sólo ahorrar tiempo, sino también elevar el estándar de calidad en nuestros proyectos.
Diseñar con IA no significa dejar de lado la creatividad. Significa complementarla con datos, exploración y eficiencia.
Y lo más importante: no se trata de usar más herramientas, sino de usar mejor las que realmente suman.
Estamos convencidos de que este camino recién empieza. Y en cada proyecto que abordamos, buscamos integrar la inteligencia artificial como una aliada estratégica, no como un accesorio.
Porque el futuro del diseño no es automático. Es asistido, informado y colaborativo.
